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Proyecto de Difusión Cultural y Creación Artística de Horror y Fantasía

miércoles, 25 de agosto de 2010

Lic. Pedro Alejandro González

¿Por qué ir al cine a espantarse?


Decía Stephen King en su libro danza macabra de 1985, que su oficio como escritor de horror era inaudito, le pagaban por inventar cosas y situaciones cada vez mas desagradables para la mente de los lectores, él se preguntaba ¿Cómo es posible que alguien pague una entrada al cine para pasar un rato de angustia y terror?; ¿Cómo es esto posible? , ¿Qué acaso el ser humano es una especie masoquista por naturaleza?, tal vez no, para develar que hace a la gente pagar, nutrir, consumir y construir al cine de horror cada año, tendremos que hacernos unas preguntas, en primera instancia ¿Que es el cine de horror? y ¿Qué lo constituye?

El cine es a la vez creación artística y medio de comunicación, una pantalla que plasma al espectador directamente el paradigma de la vida: las ideologías, sentimientos, hechos históricos, fantasías, toda la complejidad que significa ser humano dentro de todas estas vertientes se encuentra una parte que genera angustia discreción, temor, inquietud, es el lado oscuro humano, todo lo que no se que encuadra bajo la luz diurna y esperanzadora, lo escatológico, lo violento, lo absurdo; es ahí donde entra el cine de horror investigadores como David J. Skal autor de libros como “Monster Show” o “Vampiros”, señala que lo que nutre y genera la evolución del cine de horror es el contexto histórico, los miedos colectivos y la situación política, entre otras cosas, dándonos a entender que este género tiene una cierta evolución y cambios, y, que dichos cambios tiene una conexión directa o indirecta con fenómenos sociales tales como guerras mundiales, las crisis económicas, el avance de la censura por parte de los conservadores; si el cine es un espejo del hombre, el cine de horror es el espejo de sus pesadilla e inquietudes, de todo lo que nos cuesta digerir en público.

En este artículo no pretendo trazar una clasificación o historia del cine de horror, investigadores como el ya citado David J. Skal lo han hecho, pero creo que debes tomar un punto de partida para su origen y difusión. El cine de horror en sus primeros pasos a principios del siglo veinte fue hijo netamente de la tradición de horror literario ya bastante larga para entonces, lo que alguna vez fuera mitología y folklore se fue transformando a finales del siglo XVII en literatura gótica gracias al romanticismo, naciente en Europa, lo maravilloso medieval pasa a ser lo sobrenatural en el romanticismo, tiempo después surgirían los iconos que aun siguen poblando nuestras pesadillas, la criatura sin nombre construida por Víctor Frankenstein o el vampiro por antonomasia, drácula, cuando los castillos con calabozos dejan de espantar la tradición gótica muere y vendrán cosas como las historias de fantasmas inglesas y Edgar A. Poe que revolucionará al cuento y al horror con su creatividad y dinamismo, mucho después, el muerto y no vivo de toda esa época dejara de dar miedo y surgirá la historia de horror materialista con H.P. Lovecraft y Arthur Machen como máximos exponentes a principios del siglo veinte; de toda esta tradición se nutrirán los guiones cinematográficos de la primeras películas de horror esto se debe en gran medida a que el teatro, medio artístico reinante hasta la consolidación del cine, tomo con gran entusiasmo las adaptaciones de clásicos de la literatura de terror como Drácula y el moderno prometeo Frankenstein, solo seria cuestión de tiempo para que el cine se apropiara de lo hecho en teatro, prueba de ello es la primera película de cine de horror de la historia Frankenstein de “Tomas Edición” de 1910, una versión corta muy alejada del clásico literario, claro, al igual que la mayoría de obras de teatro hechas hasta ese momento sobre el monstruo sin nombre; después el expresionismo alemán en cine se adueñaría de drácula claro un drácula llamado Nosferatú ya que B.W. Mornau director de esta no pudo ganar el proceso legal por los derechos de la novela en contra de la viuda de Stocker, pero en esencia Nosferatú seguirá parte del arco argumental de la novela cambiando nombres de personajes y lugares. Otro ejemplo de una novela como motor de una de una historia de horror cinematográfico en ese periodo es el Golem basada en la novela homónima de Gustav Merrick un antecedente casi ancestral del mito de Frankenstein, y la equiparación del hombre con dios como creador máximo. Pero lo que vendría a continuación no tendría límites en cuanto a la aplicación de novelas de horror al cine, la era dorada de los monstruos de la Universal.

El año es 1929 el mundo atraviesa una de la crisis económicas mas severas, acaba de pasar la gran guerra, América recibe a todos los inmigrantes que pueden cruzar el atlántico, sin ofrecerles nada a cambio, los mafiosos, que luego serán idolatrados, guerrean en las calles con los intocables durante los años de la prohibición de el alcohol, los años venideros no eran muy esperanzadores pero la década de los 30’s, nos dejo ver cines abarrotados por películas atípicas al común denominador, las películas de monstruos principalmente de la casa Universal renovaron la industria del cine y la convirtieron en la que conocemos hoy en día, pasando del rígido control que tenia Tomas Edición sobre la manufacturación de las películas a el “Star Sistem” que se tiene hoy en día en Hollywood, donde el culto a las estrellas y directores es fundamental para la industria o si no quien no asocia involuntariamente el nombre de Drácula a Bela Lugosi o Frankenstein a Boris Karloff , nombres como estos junto con los de Claude Rains (el Hombre Invisible), Lon Chaney (el Fantasma de la Ópera), Lon Chaney Jr. (el Hombre Lobo) son un mito para los fanáticos de este cine, es impensable una fiesta de disfraces de “Halloween” sin la caracterización de alguno de estos personajes, y es que Universal lanzo una carrera meteórica de películas que iniciarían con Drácula de Tod Brownig en 1931 y que finalizarían en los 50’s con las, un tanto penosas (por no decir otra cosa), parodias con los cómicos Abbout y Costello; y es que no solo Universal hizo rentable y explotable el cine de horror sino que rompió las barreras de las obras literarias, otorgándonos un modelo y estereotipo de los monstruos, ya que el Drácula de Universal y el de Stocker son totalmente distintos pero el Drácula permanente en el imaginario colectivo es Bela Lugosi, al igual que Boris Karloff con Frankenstein , tal vez esto se deba a la gran calidad invertida en esos años para la realización de las películas, trayendo directores y actores europeos instruidos puramente en la dramaturgia teatral, apropiándose de la forma expresionista alemana para realizar una película, todos estos elementos acercaron al publico a una manera bastante novedosa en cuanto a ver a los malos (los monstruos) en pantalla, acercándolos mas al sentir del espectador, esto claramente se refleja en la criatura de Frankestein, llena de tanta humanidad e ingenuidad. Pero todo amanecer tiene su ocaso así que en la próxima parte de este articulo veremos la caída y ridiculización de los monstruos de la Universal y como se abre paso en los 70’s un nuevo cine de horror mas extremo pero con un carga de critica social muy importante.

Hasta la próxima chao.

Continúa a la siguiente semana....

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