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Proyecto de Difusión Cultural y Creación Artística de Horror y Fantasía

domingo, 19 de junio de 2011

Los Perros de Tíndalos

Lo que necesitamos es una luz al final del túnel

Rudy Pazco, el vampiro de esta historia es un chico que aunque no lo digamos explícitamente, la novela es lo mas parecido a lo que hoy en día seria un miembro de la tribu urbana de los “Darketos” pasea maquillado por los túneles, vestido de negro haciendo pintas a los anuncios publicitarios con mensajes de lo mal que va el mundo, acumula una serie de amigos que lo mantienen tanto emocional como económicamente a cambio de sermones sobre filosofía nihilista y cambio social, el chico es una persona errante y egoísta que poco cambia cuando una criatura muy, muy vieja a la cual el llama “amo” lo transforma en un ser de la noche en un vagón del metro, pero, su ego inflado y su prepotencia le dan al personaje una vulnerabilidad que a pesar de sus nuevas habilidades vampiricas (las tradicionales mágicas, convertirse en animal, poderes telepáticos, fuerza extrema, control de las alimañas, etc.) ya que él cree que no puede tener limites como criatura de la noche y, fanfarronamente, se expone en público y a sus captores, en definitiva este no es el vampiro audaz y elegante como el drácula a la Bela Lugosi, es mas acercado a los grandiosos personajes de la película de “The Lost”de Joel Schumacher de 1987, estos chicos desarrapados rebeldes sin causa que se la pasan chévere siendo inmortales, que en definitiva son los padres del vampiro adolescente que mucho le debe crepúsculo; estas características dotan al vampiro de un  acercamiento mas humano y más empatico, sobre todo para los lectores de lugares urbanos que se preguntan que se sentirá ser vampiro hoy en día en una ciudad, al final nada bueno, ni glamoroso, si no todo lo contrario a pesar de todos los privilegios que aparentemente tiene este monstruo, y que por su confusa crisis existencial humana, acaba desperdiciando, en definitiva por estos elementos y muchos más que no hemos citado, la luz al final del túnel es una muy buena opción para acercarnos a un vampiro diferente del clásico drácula pero que también se aleja años luz, del metrosexual pálido que hoy en día tiene cautivadas a las mujeres de eterna adolescencia, además para todos los fanáticos de Guillermo del Toro esta novela tiene un gran (o sospechoso) parecido con su ultima novela de vampiros, nocturna o “Strain”, un valiente y muy buen intento por retomar al vampiro que atemoriza sobre todo en la ciudad que es la misma Nueva York, y el grupo de cazadores que hacen frente a la bestia son muy parecidos a los de la luz al final del túnel por ejemplo en la novela del Toro también sus cazadores son ciudadanos comunes y corrientes con graves problemas emocionales y existenciales, un padre divorciado, un fumigador, y sobre todo del Toro repite personaje un anciano sobreviviente de los campos de extermino nazi al igual que en la luz al final del túnel, claro sus vampiros son muy diferentes, muy siniestros y asquerosos mas acercados a los vampiros con origen biológico-plaga de “Soy Leyenda” del gran Richard Matheson, estas dos recomendaciones son muy pertinentes para los fanáticos serios del genero, el libro de Guillermo del Toro es muy accesible y el de la luz del día es de editorial Martínez Roca publicado en el año 1990 y se puede encontrar si hacen una búsqueda muy detallada en las librerías de la calle de Donceles en el Centro Histórico del Distrito Federal o sino en alguna página de subastas por Internet.

Esperamos sus comentarios!!!!

domingo, 12 de junio de 2011

Los Perros de Tíndalos

Lo que necesitamos es una luz al final del túnel (1)

Hoy en día como buen lector y fanático de el horror y la fantasía me estrujo al pensar lo que han hecho públicamente con la imagen de una de nuestras criaturas favoritas (y de varios), el vampiro, reducido hoy en día a un inverosímil por no decir ridículo y chueco símbolo sexual femenino y es que seamos sinceros quitándole todos estos atributos dirigidos concienzudamente a un frívolo publico fémino no queda mas una criatura amorfa y risible, amorfa porque no es un vampiro; para que algo, un ser , cosa o constructo entre dentro de una categoría debe conservar ciertas características inalterables  a lo largo del tiempo que la identifiquen y definan este es le chiste de la “clasificación”, el humano siempre esta clasificando, seres vivos en reinos, tipos de películas en géneros cinematográficos, etc. dentro del genero fantástico, si a vampirismo nos referimos hay ciertas características que a lo largo de la historia han sobrevivido y que permanecen inalterables y son propias de estas criaturas simbólicas. Brillar de día como diamante, tener piel de mármol, o solo alimentarse de animales por simpatía; a los humanos son algunas de las un tanto ridículas características de los vampiros de la saga tanto literaria como cinematográfica de crepúsculo, pero la mayoría de estas características  jamás  han sido parte de algún vampiro a lo largo de su historia tanto literaria como cinematográfica, por lo tanto no pueden entrar dentro de la clasificación de vampiros, claro habrá muchas chicas que quieran que se genere una nueva subcategoría y se llame a estos galanes “vampiros”, pero aun así, no se puede, porque estos actores pálidos carecen de lo mas importante la esencia de lo que es un  vampiro; una  figura que nos inquieta y nos atemoriza por el hecho principal de que es un depredador.

Una de las cosas  que más nos asusta en nuestra ancestral memoria es la oscuridad porque en la sabana primitiva, nosotros, no aptos biológicamente para la cacería nocturna, éramos devorados fácilmente por depredadores nocturnos; hoy en día nuestro temor y nuestra más grande reverencia es para los grandes depredadores o si no porque hay casa de leones, nado con tiburones, etc. el vampiro es le máximo depredador, el caza humanos, los chicos de crepúsculo no son mas que el antiguo refrito que aun sigue esclavizando las fantasías femeninas, la figura del príncipe de cenicienta, aderezado con mínimas características vampiricas, reproductores de música de marca, ropa de moda y autos de lujo y ¡Listo! el “vampiro de crepúsculo”.

Para los que quieran saber hoy en día que es lo que seria un vampiro hecho y derecho les recomendamos que se vuelquen sobre una novela escrita por los padres de un género dentro del horror llamado  splatterpunk (por su cantidad de escenas violentas y sangre en exceso como las películas gore solo que en novela) John Skipp y Craig Spector autores con cierta fama (claro después de Stephen King) en los 80’s, sobre todo por una muy buena antología sobre cuentos referentes a zombies y muertos vivientes llamada el libro de los muertos; la novela de la cual les reseñamos hoy se llama la luz al final del túnel y esta ambientada en una muy obscura y triste ciudad de Nueva York de principios de los 80’s, en los túneles del metro están sucediendo una serie de matanzas de vagabundos e indigentes, pero también ciudadanos comunes y corrientes, la policía como siempre no tiene pistas, solo una serie de circunstancias, llevara a un grupo de ciudadanos dispares a unirse y ponerle fin a esta amenaza. Un vampiro que no es más que un joven muy peculiar y un tanto perverso, de hecho (esta es la misma estructura de drácula) un grupo de conciudadanos por una serie de coincidencias se une para acabar con la criatura que invade su amada ciudad, tópico que muchos escritores tomaran para hacer sus novelas de vampiros un ejemplo es la muy interesante “Salem´s Lot” de Stephen King; este recurso no es una mera copia del argumento de drácula, ya que en la luz al final del túnel se lleva esta premisa de la caza de vampiros a un nivel muy atractivo al combinar lo sobrenatural con la recreación de una atmósfera muy nihilista de principios de los 80’s en una ciudad plagada de crímenes y violencia, precisamente por eso la aparición del vampiro no crea mucha mella en los habitantes, los héroes o cazadores son tipos con historias un tanto melancólicas, un mensajero cuya madre se debe hacer cargo ya que esta postrada en la cama por una golpiza de unos asaltantes, un solitario nerd del cine de horror que tiene una tienda de posters en la ciudad, una socióloga con problemas de pareja,  un chico aspirante a escritor con gravísimos problemas de autoestima, una joven fanática de los vampiros con episodios de celos hacia su compañera de cuarto por su promiscua vida y un anciano sobreviviente del holocausto nazi, en definitiva y comparando, los héroes de Stocker conservaban un Glamour acorde a su época victoriana, aquí no lo hay, las referencias al punk, a la criminalidad y a lo mal que lo pasan las minorías  que viven debajo de los túneles (vagos, ebrios, homosexuales, trabajadores de mantenimiento) hace que no sepas si en verdad este grupo de antihéroes pueda acabar con este monstruo.
Continúa la Próxima Semana....

domingo, 5 de junio de 2011

Los Perros de Tíndalos

¿Por qué debe asustarme un Zombie? (2)

Durante 1968 un joven cineasta de Pittsburg desconocido hasta el momento llamado George Andrew Romero nos da la joya de la corona en la mitología zombi “La Noche de los Muertos Vivientes” en donde corta de tajo con el zombi individual del folklore afrocaribeño dejando de ser un esclavo negro para convertirse en un tipo sucio y común, vestido como un abogado, un medico, tu vecino, tu tío, situando los escenarios ya no en parajes exóticos o antaños, si no en la América rural y actual, claro para ese año, dándonos una mitología tan rica y flexible y a la vez tan imitable como la misma que creo Tolkien, ya que la historia de Romero parte de un argumento muy simple, un grupo de desconocidos que por motivos de la situación se refugia en un una granja solitaria para hacer frente a un fenómeno abrasador, fulminante y aparentemente desconocido: los muertos recién fallecidos están resucitando con ansias asesinas de carne humana, este esquema bastante simple (claro George A. Romero filma de manera casi amateur la película con un presupuesto bastante escaso), sirve para dejar de lado al monstruo del zombi, claro sin restarle importancia y concertarse en las peripecias y situaciones del protagonista humano ósea el americano promedio, revelándonos la verdadera naturaleza del hombre bajo situaciones extremas, convirtiendo la máxima de Thomas Hobbes en una ley “El hombre es el lobo del hombre” desde entonces el zombi principalmente en las películas de George A. Romero se fue convirtiendo en una criatura que refleja los miedos del occidental promedio, la perdida de la individualidad, ¿Qué tanto es posible en la hacer uso del libre albedrío en una sociedad plagada de falso liberalismo? publicidad embustera,  moralidad encubierta, el consumismo desenfrenado; ¿Existirá la libertad e independencia en un sistema en donde el consumo material y la libertad de mercado están presentes en cada aspecto de la educación de los individuos? ¿Se nos dará realmente  la autonomía y el tiempo para reflexionar el  porque y para que consumimos tal o cual producto? o simplemente somos un grupo de zombis sin rumbo hambrientos no de carne si no beneficios, utilidades y ganancias. El zombi también es estandarte de el miedo más fehaciente de las sociedades occidentales modernas, la muerte, en ciertos países como el nuestro  se suele decir que hay tradiciones en donde nos burlamos o hacemos mofa de la muerte que tanto puede ser cierto esto si al ver diario por televisión o Internet productos, técnicas e industrias dedicadas a la manutención y alargamiento de la juventud, nadie quieres saber de la vejez y su inevitable consecuencia,  ser joven por siempre o por lo menos mucho tiempo esta de moda y si no lo creen pregunten a un publicista a que sector de la población toman más en cuenta para la hora de realizar comerciales dirá que son los jóvenes, o que tal si le preguntan a los médicos que operaciones son las más practicadas al año les dirán que son la llamadas cirugías estéticas o cirugías plásticas, el deterioro corporal de la vejez nos aterra y creemos frenarlo con nuestra ilusoria vida artificial pero el zombi en su persecución lenta pero implacable nos revela su putrefacta apariencia de la cual ningún ser orgánico se puede salvar y es más cuando nos alcance y pueda mordernos nos convertirá en uno más de ellos, en eso radica su impacto en los espectadores modernos en la sinceridad y brutalidad en que aborda los miedos actuales rebasando inclusive a mitos de peso completo como los son vampiros actuales a pesar de compartir su capacidad de retar a la muerte como lo zombis lucen glamorosos y hermosos haciendo la parte de no muerto a un lado y  ridiculizando su lado monstruoso ya que te olvidas que sean cadáveres andantes, por eso todo mundo quiere ser hoy en día un vampiro más no un zombi lento, hambriento y podrido.

Romero nos solo supo acomodar asuntos de la contradicción humana en sus películas si no hacerlas creíbles y genuinas, frente a un fenómeno extraordinario como lo es la resurrección de los muertos, romero no pierde tiempo en explicar que lleva a dar origen a este acontecimiento, sino que ya lo da  iniciado en un entorno netamente cotidiano usando pedazos de noticieros en algunas escenas, fragmentos de periódicos, personajes variopintos especialmente inmigrantes latinos o afro americanos  captando los sucesos que dan relevancia a la década en donde se desenvuelve la película, por ejemplo en los 70’s cuando la forma de pago obligatoria se vuelve el plástico de las tarjetas de crédito y los lugares de recreo familiar se vuelven los centros comerciales, Romero lleva a sus zombis a este escenario en la segunda parte de sus trilogía la película “Dawn of Dead”, dejándonos una cruel metáfora de la sociedad en la que nos estábamos convirtiendo, después, en los 80’s, hizo la tercera de la trilogía, la película “Day of the Dead”, durante los regímenes ultra conservadores de Ronald Reagan en Gringolandía y Margaret Tacher en Inglaterra, Romero lleva  a  sus protagonistas supervivientes a  una lucha con lo zombis en un mundo en donde la esperanza recae en un gobierno militar autoritario y  la ciencia que no hace nada más que explicar el fenómeno pero no curarlo, esto demuestra el peligro de mitificar a las instituciones modernas más relevantes de la modernidad (la ciencia por un lado y el estado por otro) dejándoles el papel que en la antigüedad tenían las religiones; tiempo después Romero estaría inactivo por más de una década en el mundo del cine pero esto no le impidió regresar en el siglo XXI y alargar su trilogía de zombis con obras más inquietantes que reflejan al americano post-once de septiembre, pero por ahora dejamos a los zombis ya que después hablaremos de que tendrán su época de “parodias” y su posterior desaparición de las salas de cine.

domingo, 15 de mayo de 2011

Los Perros de Tíndalos

¿Por qué debe asustarme un Zombie? (1)

Los Integrantes de “Los Perros de Tíndalos” hemos asistido a ver la obra de teatro “Zombiecentenario” de el director de teatro gótico Eduardo Ruiz Saviñon , una obra lo bastante peculiar que por la combinación de elementos cómicos, trágicos y críticos, tiene los componentes suficientes para atraer no solo a los amantes de los zombis o zombies (de las dos formas es correcto) si no al publico en general, Saviñon rescata los elementos del zombi moderno creado por Romero y nos lo retrata en forma de una ficticia invasión a la ciudad de México en plenas celebraciones del bicentenario haciendo evidencia de los problemas caóticos que vive esta ciudad en donde a pesar de estar rodeados de corrupción, narcotráfico, violencia y medios de comunicación obsoletos; seguimos celebrando como si no pasara nada, el zombi que concibió romero refleja estas discordancias sociales que son muy bien manejadas en la obra de Eduardo; así que por ende el tema que ahora trataremos es sobre la historia, orígenes y transformaciones de esta criatura el zombi.

Imagínense, por un momento, que están acomodados  placidamente en sus cómodos sillones de casa viendo el noticiario en turno, contemplando bien seguritos en sus cubiles, que ese caos que se ve en las noticias que esa violencia sin sentido no los puede llegar a tocar porque solo esta reflejada en ese pequeño receptor a color, de repente oyen unos ruidos inarticulados que van creciendo en intensidad atrás de su puerta se  levantan a revisar ¿Qué puede ser?, abren  la puerta con curiosidad y de repente tiene de 20 a 50 individuos que lo único que quieren es morder su carne y transformarlos en uno de ellos, en parte de la masa hambrienta, sin sentimientos, sin raciocinio , sin alma sólo hambre, sólo consumir por consumir, sin objetivo sin sentido, en esa masa que nos ataca, entre esa masa están tal vez sus hijos, su vecino, su dentista, el tipo al que vio de camino al trabajo, sus conocidos que parecen distantes por la rabia y putrefacción pero al final de cuentas siguen siendo sus pares, sus iguales, no tenemos que ir a un viejo castillo para encontrarnos con ellos como en Drácula o esperar hasta luna llena como el hombre lobo, el zombi invade  nuestras sociedades modernas dejándonos una cruel fábula moral, “nosotros somos ellos” aquella masa amorfa sin rumbo que consume y consume hasta que su putrefacta existencia se lo permita. Pero no siempre fue así;  los orígenes del zombi como monstruo moderno carecen de un padre literario como drácula de Stocker o la criatura si nombre del Frakenstein de Mary Shelley, el zombi se origina en el mito y folklore afro caribeño, en la noche de los campos de caña de azúcar haitianos en donde se creía que el poder de una religión que podía devolverle a la vida  a los muertos el “vudú.

Las primeras noticias que tenemos acerca del zombi nos llegan a trabes de  escritos como los del viajero y periodista  William Seabrook en su libro “La Isla Mágica” de 1929 en donde nos narra las extrañas historias del culto de esa isla de esclavos traídos de África, el culto vudú, que a los ojos fantásticos de Seabrook, involucraba canibalismo, ocultismo y necromancia, es así que este libro pasa a ser en Norteamérica un rotundo éxito por el morbo del ciudadano, pasando el libro poco después a ser el guión de la película de Victor Halperin  “White Zombie” de 1932, en donde Bela Lugosi interpreta a un rico terrateniente de Haití que controla un ejercito de zombis los cuales usara para lograr sus más sucios fines principalmente separar a la pareja sentimental protagonista del filme.

Como se puede ver ahí, el zombie es un monstruo utilizado meramente de pretexto para contar una historia de romance con toque góticos aun así el zombi queda grabado en la imaginación colectiva como un monstruo individual, esclavo reanimado títere de un brujo o hechicero reflejándonos nuestro desconocimiento y racismo auspiciado por una seudo antropología hacia la religiones y cultos de los pueblos negros. Durante las décadas posteriores hasta mediados de lo sesenta el zombi fue  acogido principalmente por el genero de ciencia ficción aunque se siguieron produciendo relatos y películas con temática de brujos y hechicería vudú, estas historias compartían espacio en “Las Pulp Magazines” en donde las historias acerca de zombis tenia poco que ver con Haití, el hechicero era sustituido por un científico loco y de vez en cuando, detrás de la resurrección del cadáver tenia que ver con lo siniestros planes de invasión de una raza extraterrestre.

El cine tenia el ejemplo de la genial “Los Invasores de Ultra-cuerpos” de Don Siegel de 1954 en donde ya se planteaba la idea del zombi no como títere individual  de algún villano  sino como una masa malvada y sin identidad, al igual que en la película de la productora Hammer “La Plaga Zombie” de 1964 que nos cuenta de la resurrección de los muertos en la época victoriana.

Continúa la Próxima Semana....

domingo, 8 de mayo de 2011

Los Perros de Tíndalos

El Cine de Horror Subjetivo (2)

Actualmente los medios de comunicación digitales se han acoplado tan fuertemente en nuestras sociedades modernas, ya que no es muy difícil imaginarnos un día sin Internet o celulares, los medios de comunicación son el cuarto poder, dictan la dirección de muchas conciencias en el mundo, vivimos un momento en la historia, en el que la cantidad de información que tiene un humano es prácticamente infinita, entonces, no nos es difícil recrear como el cine de horror se apropia de los medios de comunicación, en especial del video digital amateur e Internet, para darle un fuerte golpe a la incredulidad, y entonces, por ahí de 1998 una producción de unos desconocidos Daniel Myrick y Eduardo Sánchez que les costo unos $60.000 dólares, y les genero ganancias millonarias a nivel taquilla por su gran aceptación, y que también resulto en una muy mala secuela, se abre paso en los cines generando un fenómeno parecido al estreno del exorcista en los 70’s, me refiero al “Proyecto de la bruja de Blair”, cinta hecha 100% en un formato de video amateur, que en forma documental narra las peripecias de unos chavos campistas que están investigando la leyenda local de una bruja y las desapariciones y asesinatos que tienen que ver con esta, las tomas perdidas, las sombras y movimientos erráticos de la cámara, junto con la poca información que se tiene de lo que persigue, a estos jóvenes les provoca momentos de tensión que favorecen el susto espontáneo, y los finales, un poco simples, pero sorpresivos, por ello “La bruja de Blair”, será la que fomente en años venideros cintas con el aire mas documental en pro de “-Esto es real y lo estamos investigando-”, y tendremos, las andazas de cineastas amateurs que ven las grabaciones de sus fiestas interrumpidas por lo sobrenatural y monstruosos como es el caso de “Cloverfield”, de Matt Revees del 2008, o historias donde el protagonista se convierte en investigador paranormal aficionado (a la usanza Carlos Trejo), para hacerle frente a las oscuras fuerzas que le robaron la cotidianidad de su hogar como en la sobrevalorada “Actividad paranormal”, de Oren Peli del 2007, cualquiera puede elegir la situación o criatura que participara en el supuesto documental así que también, lo zombis le entraron, para muestra la genial “Diario de los muertos”, del legendario George A. Romero y la españolisima  “Rec”, de Paco Plaza y Jaume Balagueró, de la secuela pues no les platico la primera es la que considero rescatable y bueno tenemos cintas, “Falso documental”, “Grabación casera de hechos reales” para rato, y si no nos creen, los suecos se unen con una cosa llamada “Trollhunter”, imagínense de que se va a tratar, en fin otro dato si ustedes creen, que todo inicio con la Bruja de Blair, pues se equivocan, los padres son los italianos, con el genero “Mondo-caníbales” (el genero mondo, fueron una serie de películas basadas en todo lo feo que no sacan en los noticieros, balazos, accidentes grotescos, animales atacando humanos, algo así cómo las pelis de trauma. (“¡No se hagan!, sabemos que las han visto en los tianguis o casa de algún loco amigo”), con una película llamada “Holocausto caníbal”, de Ruggero Deodato, cinta que trata las desventuras de un grupo de antropólogos documentalistas al internarse en el amazonas y ser presas de una tribu de caníbales. Como pueden ver la peli fue publicitada bajo la supuesta premisa de que fueron hechos reales filmados, obviamente las mutilaciones y canibalismo, son efectos de maquillaje, pero debo decir que la cinta presenta mutilaciones reales de animales, para relazar las grotescas tomas, la peli fue innegablemente, un suceso, y los italianos, al igual que con el cine de zombis de los 70’s, decidieron hacer una infinidad de secuelas, bajo la misma sugestión del falso documental antropológico o etnográfico.

Una recomendación, si quieren ver algo radical alejado del susto fácil, como los de “Actividad paranormal” o “La bruja de Blair”, vean “El diario de los muertos”, de Romero, es un poco lenta y no goza con la velocidad y fastuosidad de cintas como “Cloverfield” pero la cinta de Romero es una muy buena critica a los medios de comunicación y nuestra relación con ellos, y sus nefastas consecuencias, si les gustan los zombis y reflexionar un ratito esa pelí es la ideal.

Si desean más información sobre el tema, háganoslo saber a nuestro correo…

domingo, 1 de mayo de 2011

Los Perros de Tíndalos

El Cine de Horror Subjetivo (1)

En el ultimo articulo nos referíamos a lo que se sitúa, en cuanto a referentes modernos para asustarnos en el cine, y algo que se nos escapaba en los gustos de los cinéfilos actuales es el llamado (nosotros no lo bautizamos así),  “Cine de horror subjetivo” o en “Primera persona” y es aquel en donde la cámara pasa a ser un personaje, o algunas veces, el personaje principal, dando al espectador empatía, lográndose un recurso narrativo con el cual cada director juega, este recurso es de lo mas familiar en el genero documental que nos trata de mostrar versiones lo mas aproximadas a la experiencia de lo que es la realidad, pero en el caso del cine de horror, la verosimilitud cae en un absurdo ¿Para qué queremos que sea real?, si de entrada el titulo “PELICULA DE HORROR”  nos la quita en gran medida;  bueno eso tendrá que ver con uno de los puntos centrales en las historias de horror y terror, tanto en literatura como en cine, y se llama “Suspensión de la incredulidad”, tenemos que creer en lo imposible, en los fantasmas con cadenas, en el monstruo del closet, en nuestros perversos vecinos, y la historia debe seducirnos a ese camino en el que suspendemos la realidad tacita y cotidiana, y nos adentramos  en los obscuros caminos de la irrealidad allá donde viven los monstruos; entonces a mayor “Suspensión de la incredulidad” mayor miedo y mas efectiva será, una historia de horror, considerándose una buena historia (a consideración también de la necesidad de asustarnos), Pero, ¿Qué es lo que hace, que la barrera mágica de la incredulidad, qué proporciona seguridad al espectador o lector se desvanezca y nos permita ese desliz ante un libro o película?, bueno, son dos cosas, en primera, la habilidad y destreza del creador llámese director, guionistas o escritor, es innegable que hay ciertos individuos que con una combinación de esfuerzo-perseverancia-talento, nos deslumbran por su habilidad creativa, inclusive si es creativa para aterrorizarnos; el segundo elemento, es el momento histórico, nuestros miedos por muy subjetivos que sean tienen  constantes que se transforman por hechos sociales significativos, guerras, pandemias, reformas sociales, revoluciones, etc; el movimiento románico  del siglo XVIII estaba en contra de las ideas de progreso racional de la ilustración, del estilo clásico griego en el arte, en respuesta retomaban los valores medievales en arquitectura, pintura, escultura, y literatura que promovía el vuelco en nuestras pasiones y sentimientos, rechazando al raciocinio; en consecuencia tenemos que las historias de miedo de esa época, se desarrollan en entornos con iconografía medieval, con doncellas en peligro, tesoros ocultos, y donde el muerto, en sus quiméricas formas (vampiro, fantasma, zombi), hace de las suyas, posteriormente nuestro lado racional (amante del orden, la justicia y otras ilusiones) gana, y a principios del siglo XX, los avances científicos arqueológicos y teorías como la de la evolución de Darwin o la relatividad de Einstein, promueven una metamorfosis en los cuentos de miedo, y entonces, la figura del muerto ya no espanta, lo que nos inquieta son razas mutantes degeneradas, seres extraterrestres, dioses ocultos en ciudades imposibles, criaturas de dimensiones donde las leyes de la física no se aplican, estas historias son avivadas por grandes como Lovecraft y Machen.
Continúa la proxima semana...