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Proyecto de Difusión Cultural y Creación Artística de Horror y Fantasía

domingo, 12 de junio de 2011

Los Perros de Tíndalos

Lo que necesitamos es una luz al final del túnel (1)

Hoy en día como buen lector y fanático de el horror y la fantasía me estrujo al pensar lo que han hecho públicamente con la imagen de una de nuestras criaturas favoritas (y de varios), el vampiro, reducido hoy en día a un inverosímil por no decir ridículo y chueco símbolo sexual femenino y es que seamos sinceros quitándole todos estos atributos dirigidos concienzudamente a un frívolo publico fémino no queda mas una criatura amorfa y risible, amorfa porque no es un vampiro; para que algo, un ser , cosa o constructo entre dentro de una categoría debe conservar ciertas características inalterables  a lo largo del tiempo que la identifiquen y definan este es le chiste de la “clasificación”, el humano siempre esta clasificando, seres vivos en reinos, tipos de películas en géneros cinematográficos, etc. dentro del genero fantástico, si a vampirismo nos referimos hay ciertas características que a lo largo de la historia han sobrevivido y que permanecen inalterables y son propias de estas criaturas simbólicas. Brillar de día como diamante, tener piel de mármol, o solo alimentarse de animales por simpatía; a los humanos son algunas de las un tanto ridículas características de los vampiros de la saga tanto literaria como cinematográfica de crepúsculo, pero la mayoría de estas características  jamás  han sido parte de algún vampiro a lo largo de su historia tanto literaria como cinematográfica, por lo tanto no pueden entrar dentro de la clasificación de vampiros, claro habrá muchas chicas que quieran que se genere una nueva subcategoría y se llame a estos galanes “vampiros”, pero aun así, no se puede, porque estos actores pálidos carecen de lo mas importante la esencia de lo que es un  vampiro; una  figura que nos inquieta y nos atemoriza por el hecho principal de que es un depredador.

Una de las cosas  que más nos asusta en nuestra ancestral memoria es la oscuridad porque en la sabana primitiva, nosotros, no aptos biológicamente para la cacería nocturna, éramos devorados fácilmente por depredadores nocturnos; hoy en día nuestro temor y nuestra más grande reverencia es para los grandes depredadores o si no porque hay casa de leones, nado con tiburones, etc. el vampiro es le máximo depredador, el caza humanos, los chicos de crepúsculo no son mas que el antiguo refrito que aun sigue esclavizando las fantasías femeninas, la figura del príncipe de cenicienta, aderezado con mínimas características vampiricas, reproductores de música de marca, ropa de moda y autos de lujo y ¡Listo! el “vampiro de crepúsculo”.

Para los que quieran saber hoy en día que es lo que seria un vampiro hecho y derecho les recomendamos que se vuelquen sobre una novela escrita por los padres de un género dentro del horror llamado  splatterpunk (por su cantidad de escenas violentas y sangre en exceso como las películas gore solo que en novela) John Skipp y Craig Spector autores con cierta fama (claro después de Stephen King) en los 80’s, sobre todo por una muy buena antología sobre cuentos referentes a zombies y muertos vivientes llamada el libro de los muertos; la novela de la cual les reseñamos hoy se llama la luz al final del túnel y esta ambientada en una muy obscura y triste ciudad de Nueva York de principios de los 80’s, en los túneles del metro están sucediendo una serie de matanzas de vagabundos e indigentes, pero también ciudadanos comunes y corrientes, la policía como siempre no tiene pistas, solo una serie de circunstancias, llevara a un grupo de ciudadanos dispares a unirse y ponerle fin a esta amenaza. Un vampiro que no es más que un joven muy peculiar y un tanto perverso, de hecho (esta es la misma estructura de drácula) un grupo de conciudadanos por una serie de coincidencias se une para acabar con la criatura que invade su amada ciudad, tópico que muchos escritores tomaran para hacer sus novelas de vampiros un ejemplo es la muy interesante “Salem´s Lot” de Stephen King; este recurso no es una mera copia del argumento de drácula, ya que en la luz al final del túnel se lleva esta premisa de la caza de vampiros a un nivel muy atractivo al combinar lo sobrenatural con la recreación de una atmósfera muy nihilista de principios de los 80’s en una ciudad plagada de crímenes y violencia, precisamente por eso la aparición del vampiro no crea mucha mella en los habitantes, los héroes o cazadores son tipos con historias un tanto melancólicas, un mensajero cuya madre se debe hacer cargo ya que esta postrada en la cama por una golpiza de unos asaltantes, un solitario nerd del cine de horror que tiene una tienda de posters en la ciudad, una socióloga con problemas de pareja,  un chico aspirante a escritor con gravísimos problemas de autoestima, una joven fanática de los vampiros con episodios de celos hacia su compañera de cuarto por su promiscua vida y un anciano sobreviviente del holocausto nazi, en definitiva y comparando, los héroes de Stocker conservaban un Glamour acorde a su época victoriana, aquí no lo hay, las referencias al punk, a la criminalidad y a lo mal que lo pasan las minorías  que viven debajo de los túneles (vagos, ebrios, homosexuales, trabajadores de mantenimiento) hace que no sepas si en verdad este grupo de antihéroes pueda acabar con este monstruo.
Continúa la Próxima Semana....

1 comentario:

  1. Muy bueno la nota, muy de acuerdo con la falta de "vampirismo" del vampiro en la aquella saga de crepusculo. Creo que una de las mas recientes figuras del vampiro es interesante es la descrita precisamente en la continuacion de Dracula: "Dracula, el no muerto". Buscare su recomendacion, se ve bueno el libro

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